Cómo fomentar el espíritu emprendedor

 

Al hilo de este artículo titulado “Los jóvenes españoles, los que menos quieren emprender del sur de Europa”, se ha generado un debate en LinkedIn sobre los motivos de las pocas ganas de emprender de los jóvenes.

No seré yo quien opine sobre si no haber fomentado el espíritu emprendedor es culpa del sistema educativo, de Wert (o el Ministro de turno) o de los profesionales que forman a los chicos, de la sociedad, el gobierno y sus apuestas o falta de ellas, los padres, los amigos o los enemigos.

A mi personalmente, de quien sea la culpa no es algo que me interese. Yo soy más de actuar (del qué y el cómo) que de señalar (el quién), por eso que buscar quién tiene la culpa, no me satisface. Total, cuando encuentras al culpable (con su desgaste de energía incluido) todo sigue sin haberse solucionado. Eso sí ahora tienes un cabeza de turco, todo un consuelo.

Es cierto que hay una realidad en España y es que nuestra intrínseca aversión al riesgo nos supera, en todas las escalas. Porque para asumir riesgos ya tenemos a los toreros.

[piopialo vcboxed=»1″]No queremos emprender porque para asumir riesgos ya tenemos a los toreros[/piopialo]

Creo que tiene más que ver con la educación que recibimos que con otras cosas.

Claro, quién iba a desear que su hijo/a viva una vida en constante cambio, sin saber si mañana tendrá trabajo, en el caso que lo tenga sin saber si va a cobrar, ya no hablo de cobrar lo que vale, sino de cobrar a secas.

Cuanto glamour en la vida de un emprendedor. Y ahora que lo pienso, esto se parece bastante a las condiciones laborales actuales que te encuentras cuando trabajas para terceros. ¿O no?

Ahora, la diferencia radica sobre todo (hay más, pero me voy a centrar en este punto) en esto que decía Steve Jobs: “Si no trabajas para conseguir tus sueños, alguien te contratará para conseguir los suyos”. De eso se trata, de conseguir los sueños que cada uno tenemos.

Así que, esto no va de enseñar o aprender a emprender, sino de transformar, de dar, ofrecer y adquirir las capacidades para que cada uno pueda conseguir sus sueños, sean los que sean y se materialicen de la manera que cada uno crea conveniente. Se resume en formar personas capaces de crear cosas nuevas, de descubrir, de analizar, de imaginar y de ser críticos con lo que se les ofrece.

 

habilidades y talento

Ya estoy escuchando a alguno decir: “es que no todo el mundo puede ser emprendedor” y estoy completamente de acuerdo con esa afirmación. Pero, ¿no es cierto que todo el mundo debería tener, y habrá que fomentar su espíritu emprendedor (que no es lo mismo que ser emprendedor o emprender)?

 

Veamos las competencias que las empresas quieren que sus trabajadores tengan. De echo invierten mucho dinero en formarles en ellas:

 

  • Que tengan pensamiento crítico
  • Que sepan resolver problemas de forma creativa
  • Que colaboren con compañeros y otras empresas
  • Que lideren en su ámbito de actuación, siendo influyentes.
  • Que sean ágiles y se adapten a las nuevas circunstancias
  • Que tengan iniciativa y espíritu emprendedor
  • Que sepan hablar en público y escribir de forma efectiva
  • Que sepan buscar información y analizarla
  • Que tengan curiosidad e imaginación para aportar diferentes puntos de vista.

Claro, también que estén bien formados técnicamente para el puesto que desempeñan, pero esto se presupone como el valor en el ejército.

Todo esto es muy diferente a lo que hace años se pedía: “se te paga para trabajar, no para pensar” o lo que es lo mismo, nos han preparado para las cadenas de montaje. De echo, lo que se enseña en los colegios, institutos, universidades y escuelas de negocio no ha cambiado sustancialmente en décadas.

Con este escenario, ¿podemos pensar que puede cambiar la mentalidad de los jóvenes? Hombre, lo normal es que sigan pensando igual que sus padres y sus abuelos: hay que ser funcionario.

Como ya te he dicho, soy hombre de acción y me vuelco en el qué y el cómo, así que expongo la propuesta y las acciones que estamos llevando a cabo desde http://www.munders.com para cambiar la terna:

Tenemos que formar a los jóvenes y a los profesores para que formen a sus alumnos, en aquellas competencias y habilidades que las empresas están demandando, estas que se llaman del siglo XXI. Lo hemos visto antes, así que no voy a repetirme.

 

Aprender jugando – Munders

 

En cuanto al cómo hacerlo:

  • Aprender jugando: utilizar el juego y las técnicas de juegos como motor de aprendizaje. De esta forma, convertimos lo que podría ser a priori una actividad aburrida en algo lúdico, donde los alumnos estarán aprendiendo mientras disfrutan.
  • Profesores como guías: Ayudar y formar al profesor para ser un guía que ayuda al alumno a recorrer el camino, aconsejándole y orientándole en el proceso de creación.
  • Nuevas tecnologías: porque hoy en día debemos aprovechar las facilidades que nos ofrece Internet. De esta forma, unimos aprendizaje y diversión en un único concepto.
  • Vida real: este es uno de los puntos más importantes del Método Munders, porque nos basamos en que los alumnos busquen soluciones reales a problemas reales.
  • Enfoque transversal: lo incorporamos de forma transversal al resto de asignaturas, para que vean que pueden utilizarlas en su día a día y saquen así el máximo provecho de su aprendizaje.

Para resumir, no se trata de formar emprendedores, sino de formar personas que sean capaces de pensar de forma diferente.

[piopialo vcboxed=»1″]No se trata de formar emprendedores, sino personas que piensen de forma diferente[/piopialo]

Dime, ¿qué te parece? ¿Estás de acuerdo en que hay que cambiar la formación de nuestros jóvenes para que se adapte a la vida real? Sí, ¡genial!, porque la buena noticia es que tu también puedes hacer algo para que cambie: Cuéntaselo a tus amigos, otros padres y madres, docentes, funcionarios, empresarios, amas de casa, deportistas, … También puedes compartir tus ideas en los comentarios. Tu eliges.

 

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