
En este post te voy a contar cómo aprender a emprender se ha convertido en algo indispensable para los chavales de un colegio de Colmenar Viejo.
Pues verás, estaba comprando con Álex en un centro comercial y nos llamó la atención un cartel hecho por unos niños que ponía: Feria del Emprendedor.
Como ves en la foto, es una feria organizada por el Colegio Peñalvento de Colmenar Viejo, con los alumnos de 6º de primaria (10-11 años, para que te hagas una idea), que son los que lo llevan a cabo.
Niños emprendedores
Soy un firme defensor que hay que enseñar a los niños a emprender desde ya, porque cuando crezcan se van a encontrar en el mundo del “búscate la vida”.
Además ellos son emprendedores por naturaleza, si prestas atención lo descubrirás y te sorprenderá: ya te he contado lo que los niños me enseñan a la hora de emprender y cómo creo que podemos potenciar que ellos continúen siéndolo.
Pues bien, pusieron unos cuantos stands (no se el número exacto, pero más o menos habría entre 7 y 10) con productos fabricados por ellos mismos.
Cada stand representaba una empresa que habían creado y desarrollado ellos y su objetivo era vender sus productos entre el público del centro comercial, no sólo los padres que pasaban a verles.
Cosas que me gustaron:
- Marketing: Cada una de las empresas se buscó su nombre y un eslogan marketiniano, que en muchos casos potenciaba su estrategia para captar clientes.
- Estrategia comercial: Hubo grupos que buscaron diferenciarse de su competencia. Eligieron estrategias comerciales muy diferentes y muchas de ellas muy bien planteadas. Hubo alguno que salió del recinto de los stands para captar clientes que no habían llegado a dicho recinto. Otros optaron por publicidad que incluía un cupón descuento por compra. Otros, por descuentos de compra inmediata o por vender las bondades del producto y su funcionalidad. En definitiva, había muchas estrategias comerciales diferentes. Que gran aprendizaje!!
- Ganas de los emprendedores: Lo que más me gustó fueron las ganas que los chavales ponían en intentar vender, en colocar sus productos de la mejor forma y más atractiva para el cliente, en definitiva, las ganas de aprender a emprender.
Como aprender a emprender desde la escuela
Estuve hablando con los profesores que lideran el proyecto en el colegio, primero para felicitarles y después para interesarme por el proyecto.
Me contaron que era el tercer año que lo hacían. Los años anteriores lo hicieron en Madrid, de la mano de la Fundación Créate que es una iniciativa para promover la cultura emprendedora desde la escuela, pero este año era el primero que lo hacían solos. Uno de sus motivos es que se potencie el mercado local, además claro está facilitar el acceso a los alumnos y a los padres por estar en Colmenar.
De la conversación, he sacado algunas de las claves que ellos han seguido para poner en marcha cómo aprender a emprender en su colegio:
- Integrado dentro del currículo formativo: Se lo han tomado en serio y han planteado el proyecto como una “asignatura” transversal. Todas las asignaturas se implican para sacarlo adelante. Por ejemplo, en Lengua tratan la marca y el eslogan de la empresa, en Plástica elaboran los productos, en Matemáticas calculan los costes, precio y beneficio que obtendrán. Tratan como emprender desde cero y teniendo en cuenta todos los pasos necesarios para lanzar un proyecto, desde la idea, pasando por la financiación, hasta la ejecución. Además es un proyecto que dura todo el curso.
- Visión a largo plazo: El proyecto empieza con los niños de 6º de primaria y continúan hasta 2º de la ESO. Lógicamente ha sido una implantación escalonada, pero ya forma parte de la cultura del colegio.
- Emprender no sólo es crear empresas: Me contaron una anécdota sobre una de las “empresas” de 2º de la ESO. En el pitch en el que presentaba su proyecto al resto del colegio, el emprendedor hizo hincapié en que TODOS los que estaban allí eran emprendedores, porque todos ellos, en algún momento de sus vidas, van a tener que pensar de forma diferente para conseguir sus objetivos, se tendrán que levantar cuando fracasen, tendrán que potenciar sus talentos, entre otras muchas cosas. Para mi, es un éxito conseguir que la cultura emprendedora cale en los alumnos.
Sólo espero que a los chavales con sus empresas les hayan enseñado a medir todas las acciones que han llevado a cabo, las comparen con los objetivos que se habían marcado, evalúen que ha salido bien y en que se han equivocado para que sean capaces de corregirlo la próxima vez.
Sólo me queda volver a darles la enhorabuena y animar al resto de colegios a seguir su ejemplo sobre como aprender a emprender en la escuela.
Desde aquí mi granito de arena en la difusión de estas actividades y me encanta colaborar en proyectos relacionados con este tema, así que si quieres, sólo tienes que ponerte en contacto conmigo.
Además si conoces otras experiencias, puedes compartirlas en los comentarios para que todos podamos aprender de ellas.
mayo 28, 2014
Estupendo trabajo el del profesorado que me alegra que hayas reseñado.
En el subconsciente colectivo tenemos la idea que el aprendizaje viene de los libros y programas educativos. No sé si hay mentira mayor.
Desde la escuela, hay una inercia a mostrar los contenidos como «verdades reveladas» del profe hacia el alumno, cuando en realidad, deberían ser «verdades descubiertas» por el alumno, teniendo el profesor únicamente el papel de «facilitador» de la tarea, nunca el de «revelador».
Parece una tontería, pero a muchos les cuesta apearse de la tarima y de la posición de poder de «yo si sé y tú no sabes, así que te callas». Creo que este proyecto lo demuestra con creces que no hay que mantener ese rol, algo desfasado, para que los alumnos aprendan.
Poco más que añadir. Mis hijos disfrutan mucho cada vez que montamos un «tenderete» en un mercadillo. En realidad, sólo son dos veces al año, una en navidad en el pueblo dónde vivo y otra en verano, en dónde estamos de vacaciones. Ambos son entornos controlados de mercadillos solidarios, pero en ambos sitios, sólo son los niños quienes están en el puesto (¡¡en cada puesto!!), permaneciendo los adultos en un segundo plano.
Aprendizajes de matemáticas (redondeo, aproximación, cálculo natural -me niego a llamarlo «mental»-, descuentos…), de lengua (resúmenes escritos de las bondades del producto vendido, expresión oral, caligrafía en los rótulos…) y ¡qué demonios!, aprender a pensar por cuenta propia y a resolverse ellos mismos los pequeños problemas con los que se encuentran.
Además, resulta interesante observar detenidamente cómo ellos mismos valoran su trabajo y las cosas que venden. No siempre el valor sentimental o artesanal de lo que muestran se ve reflejado económicamente según sus expectativas. Creo que ese aprendizaje es bueno que lo tengan a su edad. Quizá algo duro en algún momento, pero, contemplándolo en perspectiva, muy enriquecedor.
Me gusta mucho la forma en la que ves las cosas alguien como tú, un profesional no vinculado directamente con la educación y más en el entorno empresarial. Al menos no «tan directamente vinculado» como yo, jejeje…
mayo 28, 2014
Gracias Ignacio por tu aportación. Tu visión como profesor es muy enriquecedora.
Yo soy de la opinión que necesitamos educar a los niños para que sean capaces de valerse por ellos mismos. Creo que lo de ser funcionario o trabajar en la misma empresa durante 20 años se ha acabado y toca pensar en cómo somos capaces de aportar valor a las empresas con nuestro trabajo. Si esto lo educamos desde la escuela y desde casa (igual de importante), tengo la sensación (espero) que mañana nuestros hijos serán más felices y podrán conseguir aquello que se propongan, porque no habrá límites en su forma de pensar: «Todo es posible, porque yo lo hago posible».
junio 16, 2016
Excelente, si fomentamos el emprendedurismo desde pequeños, tendremos adultos experimentados que no tendran miedo al autoempleo. Genial iniciativa
junio 17, 2016
Muchas gracias Mario.
marzo 8, 2017
Que gran artículo Enrique. Sobre todo me encantó el hecho de que destacaras las ganas que los niños ponen al intentar vender sus productos en este tipo de actividades.
No había considerado el hecho de todo lo que hay detrás (marketing, estrategia comercial, etc). Nosotros comenzamos a ir con mi señora y nuestra hija (de 3 años) a vender nuestra ropa que ya no usamos a un mercadillo cerca de nuestra casa. Y nuestra hija nos observa siempre que estamos vendiendo la ropa (cómo le señalamos los precios a la gente, cómo la ordenamos, cómo negociamos el precio). Comenzamos a hacer esto principalmente como una manera de introducir a nuestra hija en el mundo del emprendimiento. Ha sido una grata experiencia para nosotros. Sobre cuando nuestra hija se involucra un poco más en la actividad por iniciativa propia (a veces se pone a ordenar la ropa para que se vea mejor).
Me encanta leer experiencias como esta en donde más que enseñarle a los niños, los ayudan a que ellos mismos hagan las cosas. Depende de nosotros.
marzo 8, 2017
Gracias Francisco. Estoy de acuerdo, depende de nosotros, porque a los niños les encanta jugar a ser mayor.
Y en eso tenemos una de las claves, utilizando el juego y los procesos gamificados, se pueden conseguir experiencias increibles.
Un saludo
marzo 14, 2019
Me interesa