Cada día que pasa, aprendo un poco más sobre como funciona Bitcoin y la verdad es que me encanta, porque he descubierto que no sólo es una moneda virtual, es mucho más.
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Como ya te comenté en mis propósitos para el año 2014, me estoy empapando de todo lo que cae en mis manos sobre Bitcoin porque al principio, me motivaba el hecho que algunos países y bancos centrales se “revolvieran” contra la moneda. Ahora, se que es una auténtica revolución, comparable a lo que fue Wikipedia con la información colaborativa o Napster, como la primera gran red P2P de intercambio de archivos.
Proyectos interesantes
Estuve en el evento sobre Bitcoin que Iniciador promovió (puedes ver el streaming) y conocí unos cuantos proyectos españoles que estoy seguro que darán que hablar, como Coinffeine que quiere ser un mercado de valores distribuido de bitcoin, Pagobit que apuesta por ser un procesador de pagos que acepta bitcoin, los transforma en moneda local al instante y los deposita en una cuenta bancaria, o IceVault que guarda tu clave privada en una caja fuerte offline en Suiza.
Lo que “me pone” de Bitcoin
Pero como te decía, no es solo la moneda o todo lo que se mueve alrededor de la misma, como la forma de operar, la compra-venta, etc. Lo que más me gusta son las posibilidades del propio protocolo, la cadena de bloques, que es donde se almacena toda la información de la propiedad y de la transacción del Bitcoin.
Realmente para mi ésta es la gran revolución, junto con que se desarrolla de forma colectiva, en comunidad.
¿Por qué lo creo? Porque nadie sabe si Bitcoin, como medio de pago, saldrá adelante o no, si finalmente la gente lo adoptará o no, pero lo que es seguro, es que saldrán otras cryptomonedas (ya las hay, de hecho) basadas en Bitcoin, mejorando aquello que sea necesario.
Pero lo más importante es que la cadena de bloques, seguro que se utilizará para otros usos, ya que legitima el registro de pertenencia de algo material o virtual a una persona o empresa específica, un proceso que no había cambiado hasta ahora en internet, completamente disruptivo.
En este sentido, Javier Martín habló sobre la posibilidad de utilizar Bitcoin y la cadena de bloques, entre otras cosas, para el registro de la propiedad, no sólo online, sino con propiedades offline, de cualquier bien material, como viviendas o coches.
Y este proceso disruptivo es el que a mi me parece que más valor tiene, si cabe, que la propia moneda como medio de pago.
Por todo esto, creo que las posibilidades que ofrece son enormes: poder ser utilizado en tan diferentes ámbitos, le debe de otorgar al Bitcoin y a la cadena de bloques la continuidad y la fuerza suficiente para que se consolide y se utilice de forma normalizada en un plazo razonable de tiempo.
Y tu ¿qué opinas sobre el bitcoin y sus posibles usos? ¿Te parece “sexy”?
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